El ganchillo como terapia




A menudo mis amistades me dicen que tejer es de abuelas. Es una frase muy recurrente en mi entorno. Cuando la oigo no juzgo, sólo atisbo una ligera sonrisa mientras pienso en cuán equivocados están.

Hace un par de años que descubrí el ganchillo o crochet, aunque ya de pequeña había tenido una pequeña incursión a dos agujas (que ahora me parecen terriblemente complicadas). Pronto me dí cuenta que tejer me aportaba los mismos beneficios que otrora me aportaron el dibujo y la pintura, pero con la ventaja de poder coger y soltarse en cualquier momento. Cuando uno tiene hijos pequeños en casa se agradece cualquier actividad que: se pueda coger rápidamente (no has de calentar aparatos, encender ordenadores, etc), se pueda soltar igual de rápido (si el bebé llora, si has de salir a comprar, si has de cocinar). Además, una vez has practicado es una labor que cunde mucho (a diferencia de por ejemplo el punto de cruz, bajo mi punto de vista). Además, es creativo, te hace pensar, moverte y compartir ideas con otras personas. Requiere ritmo, requiere agilidad mental y, a su vez, exige que nuestras manos estén activas en todo momento.

Si lo pensamos, ¡todo son ventajas!

En mi cesto, siempre hay dos tipos de labores. Unas son del tipo puntos nuevos, patrones imposibles, de esos que has de seguir un vídeo, y tirar mucho de la hebra si te equivocas. Son dificiles pero reconfortantes y te hacen sentirte muy realizada con cada movimiento de gancho.

El otro tipo de labores son las mecánicas; ese patrón que tienes ya taaan interiorizado y aprendido que serías capaz de hacerlo con los ojos cerrados (o en la consulta del médico, o en el tren, etc). Este tipo de labores me sirven como Mantra, o como revulsivo de un día duro. Cojo la aguja y la relajación viene al instante. Normalmente miro de acompañarlo de alguna infusión, me siento en el sofá, y sigo con esa manta que voy tejiendo a ratitos.

Os cuelgo por aquí algunos de los beneficios que tiene tejer para nuestro cerebro:


1. Ejercitamos los dos hemisferios cerebrales

El simple acto de pasar la lana por una aguja y luego por otra mejora enormemente nuestra coordinación cerebral. Si a ello le sumamos la mayor o menor complejidad del tejido que estemos elaborando, la destreza mental irá potenciando aún más dicho ritmo y dicha coordinación.

Aunque nos sorprenda, tejer es realmente terapéutico para cualquier persona que, por ejemplo, tenga un problema motriz. Incluso está comprobado que niños con problemas psíquicos encuentran mejoría al obligarse a focalizar su atención en una actividad. ¡No lo dudes! ¡Enseña pues también a los más pequeños de casa a tejer, ya no es cosa solo de nuestras abuelas!


2. Reduce el estrés

Son muchas las personas que suelen reunirse últimamente en los parques para tejer. Se sientan en un banco, sacan sus lanas de colores, sus agujas e inician sus labores mientras se relajan hablando o, simplemente, centrándose en la actividad mientras relativizan sus problemas y sus preocupaciones.

Tejer relaja. La simple actividad manual y el fijar la atención en la tarea nos abre las puertas a un estado de calma que aporta beneficios a personas que están atravesando procesos de estrés o ansiedad. 


3. Tejer mejora nuestro estado anímico

Como ya te hemos comentado antes, muchas personas suelen reunirse para tejer y hablar entre ellos mientras llevan a cabo esta interesante tarea. Fomentamos la sociabilidad, iniciamos nuevas amistades, nos relacionamos… No obstante, tampoco hace falta salir de casa para tejer. Estando en soledad también disfrutamos y saboreamos el silencio de nuestros pensamientos, a la vez que incrementamos esas dosis de endorfinas capaces de relajarnos y de darnos una grata sensación de bienestar.


4. Mejora nuestra motricidad manual

Seguro que alguna vez te ha llamado la atención ver a nuestras abuelas tejer, con esas manos ágiles elaborando una preciosa manualidad con lana o ganchillo.

El ejercicio de tejer nos obliga a tener las manos en movimiento y a evitar que se queden agarrotadas o rígidas. Moverlas las hace entrar en calor y, de ese modo, el dolor es más liviano y se nota menos. De ese modo, el sufrimiento por la artritis, por ejemplo, puede suavizarse un poco.

Indicarte también que en el caso de los niños, está probado que tejer mejora su motricidad fina. Les ayuda además a mejorar la escritura y a ser más hábiles.
5. Tejer eleva nuestra autoestima, al conseguir producir algo desde cero y simplemente con nuestras manos e imaginación; si marcarse un objetivo como tejer un jersey y conseguirlo puede ser verdaderamente gratificante, imaginaos regalárselo a alguien querido.

Después, está el sencillo placer de regalar a alguien que apreciamos esa pieza de lana que tantas horas nos ha costado elaborar. Es algo más que un regalo: ofrecemos nuestro tiempo invertido, nuestra imaginación, nuestro arte y todos esos sentimientos inscritos en cada centímetro tejido.

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